La educación de calidad es un privilegio metropolitano y cosmopolita. Vivir en un entorno alejado impide que muchas personas se integren y desarrollen oportunidades de crecimiento. Ese es el caso de miles de comunidades que se ubican en las profundidades de la selva y sierra peruanas. Si a ello le sumamos la complejidad cultural, marcada por el machismo interiorizado de hace cientos de años, encontraremos una sociedad donde las mujeres de entornos rurales son aquellas que encuentran mayor dificultad para acceder a una educación que les posibilite librarse de las responsabilidades del hogar. 

El 16% de las niñas de 6 a 16 años en entornos rurales en el Perú abandona sus estudios debido a problemas económicos o familiares (UNESCO,2020). Una mayor apertura al mundo no solo implica la adquisición de nuevos conocimientos, sino el exponerse a nuevas realidades que les permiten a las personas solucionar problemas desde nuevos puntos de vista. Pero ¿Cómo podemos conectar entornos tan alejados a diversas cosmovisiones siendo el Perú un país centralizado? 

Una tarea con propósito 

Desde Santillana Perú, asumimos el reto de trabajar para crear un futuro digno para las niñas y jóvenes de la comunidad de San José de Chiriaco en Bagua. Es así que nos pusimos manos a la obra y emprendimos el proyecto Voy a ser en conjunto con la fundación entre culturas-fe y alegría. Esta iniciativa busca empoderar y motivar a la juventud a crear un proyecto de vida mediante la educación que les permita salir adelante, tanto a ellas como a su comunidad. 

A lo largo del último año se han venido trabajando diversos módulos con la finalidad de potenciar las habilidades digitales y socioemocionales de más de 40 adolescentes en Chiriaco-Bagua. Entre ellos se desarrolló el módulo Voyaser la voz de mi comunidad en la globalidad, en donde se trabajó el correcto uso de redes sociales como whatsapp, Facebook, Snapchat, twitter, entre otras. Asimismo, en el módulo Voyaser un ejemplo, mi futuro está en mis manos se trabajó qué es el steam, cómo pueden aprovechar su experiencia y las nuevas profesiones y tendencias que existen en el ámbito laboral dentro de la ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas. Finalmente, en el módulo Voyaser capaz de quererme y reconocer mis propios sentimientos, se trabajó el desarrollo de habilidades enfocadas en el desarrollo de inteligencia emocional para que las adolecentes tengan herramientas para manejar adecuadamente sus emociones. 

Hoy, gracias al trabajo en conjunto de nuestras niñas y docentes, hemos logrado culminar satisfactoriamente el proyecto, cuya clausura tuvo lugar el martes 13 de diciembre. En esta ceremonia, nuestro gerente general, Fernando Esteves Fros y nuestra gerente de marketing, Miriam Parra Pedroza, fueron testigos del entusiasmo de las adolescentes por seguir aprendiendo y formándose, y hallaron en ese escenario la esencia de nuestro propósito de marca: “Creando oportunidades de vida a través de la educación” 
 
Que este caso de éxito nos motive a seguir trabajando para mejorar el futuro de las mujeres de nuestro país y emprender más proyectos que empoderen a la juventud a perseguir sus sueños y que encuentren mediante el aprendizaje una ruta para alcanzarlos.