Lima
En el entorno actual, cada vez se interactúa más con herramientas tecnológicas. Como consecuencia, se deja a un lado aspectos realmente importantes de la vida, como la misma magia que transmite la palabra escrita y a cambio se ocupa el tiempo libre en celulares, internet, videojuegos, la televisión entre otros, haciendo que el libro sea cada vez más olvidado y por ende apartado de la rutina diaria.
Ello hace que muy poca gente se interese en leer, sobre todo cuando no se crea el hábito desde temprana edad, y más aún, cuando no se enseña con el ejemplo, ya que el hábito de la lectura comienza en casa. Así que bien podría resultar común mirar con extrañeza cuando un pequeño manipula un libro, y lo peor sería que se le considerase un Nerd.
Hay una frase común: “La práctica hace al maestro”. Esto no es ajeno a quienes leen con frecuencia; pues entre más se lee, más se desarrolla el hábito en esta destreza, mejorando a la vez esta habilidad comunicativa, aumentando el nivel de conocimientos, pero fundamentalmente, el aporte que conlleva a que los seres humanos sean cada día mejor individuos.
La lectura es considerada por muchos como la parte fundamental en la formación integral de las personas. A través de su práctica, se despierta la mente hacia ambientes más realísticos, se desarrolla destrezas en la adquisición de saberes, se evoluciona en el proceso de culturización, pero primordialmente, se ayuda a la transformación del ser de tal manera que cree su propio modo de entender el mundo.
La importancia de leer asiduamente implica desarrollar el cerebro en los niños a medida que van creciendo y se conviertan en personas creativas y analíticas al llegar a la adultez. Al adquirir la costumbre de leer, no solo se eleva el nivel de concentración al tener un libro en las manos, sino que también se mejora dicha capacidad, se accede a la información y se logra una mayor capacidad de análisis y entendimiento, pero principalmente se adquieren aprendizajes significativos.
El hábito de la lectura se debe inculcar desde muy temprana edad, incluso desde antes de nacer, ya que con ello se aporta a la construcción y conocimiento de las distintas realidades. Autores proponen leer en voz alta como estrategia gratificante y eficaz para transmitir el gusto por leer.
De acuerdo con Trelease (2004), la voz de quien lee, acerca a los otros, vence la distancia que a veces separa la página del libro cerrado, a un niño que aún no sabe leer, inaugurando el camino a la lectura. Naturalmente, mediante la transformación de este acto, haciendo del ejercicio de la lectura una fiesta del conocimiento como lo propone Estanislao Zuleta (1985), es decir donde existe la libre expresión del lector y donde se recree el pensamiento.
De ahí lo transcendental de la lectura, sobre todo cuando se vive en un mundo exigente, en el que se hace necesario la concepción de una Sociedad del Conocimiento desde lo pragmático. Es por ello que se exhorta una transformación de las acciones cotidianas mediante la cultura de volver a las letras como herramienta que abre las puertas a la cultura, de tal manera que se pueda decir que se ha logrado despertar más conciencias para que menos personas sean engañadas, y que no pase lo que nos trasmite Quino en los comentarios y ocurrencias de su personaje popular, Mafalda: “Vivir sin leer es peligroso; Te obliga a creer en lo que te digan”.