El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) es un programa internacional que desarrolla la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde 1997 con la finalidad de comparar la calidad educativa, entendida como desarrollo de competencias al término de la educación básica. Para ello, este programa ha creado una misma medición para diferentes países, con distintos idiomas y sistemas educativos, considerando como parámetro de referencia las exigencias esbozadas en el marco de iniciativa de La Educación para Todos (EPT) que es coordinada por la UNESCO. Conviene precisar que la EPT busca cumplir con el compromiso mundial para dar educación básica de calidad a todos los niños, jóvenes y adultos.
Según la Oficina de Medición de la Calidad de loa Aprendizaje (UMC) del Ministerio de Educación, los resultados obtenidos por los estudiantes peruanos en PISA nos ubican como el país de Latinoamérica de mayor crecimiento, a lo largo de estas evaluaciones, en Ciencia, Matemática y Lectura. Y si bien el Perú es el único país en América Latina con una mejora sostenida en Lectura, el desafío por mejorar los niveles de comprensión de lectura continúa significando un desafío pendiente.
La vigencia del desafío por continuar intensificando la mejora de la calidad de los aprendizajes de nuestros estudiantes se explica así desde la UMC : “Aunque Perú ha mejorado su desempeño en Ciencia en los últimos años, en la última aplicación el 28% de los estudiantes logra desarrollar solo las competencias básicas señaladas por PISA (…). En las otras competencias evaluadas se repite este patrón. En Matemática el 21% y en Lectura el 27% logra desarrollar solo las competencias básicas señaladas. Por otro lado, el 66% en Matemática y el 54% en Lectura no logran alcanzar el nivel básico establecido por PISA.”
Frente a esta realidad, los diferentes actores educativos, sean personas naturales como los docentes o personas jurídicas – es decir, empresas públicas o privadas – deben asumir en su día a día la tarea de hacer del proceso de comprensión de lectura el más significativo de los aprendizajes. No solo porque la lectura viabiliza otros saberes académicos, sino sobre todo porque la lectura es un derecho que destraba otros derechos y nos asegura las condiciones para ejercer nuestra ciudadanía y vivir en democracia.